Voy como de un
alma a su quehacer de plumas,
como algo
camaleón,
que un engaño
incuba,
que ese par de
facetas de una escoba
no es un monte,
ni un desdén
ni alguna espuma.
Quiero querer la
quiera de una oruga,
de una mujer de
aquí o de donde suba,
pero la soledad
a ser de no solo de mi,
de un as me
fuga.
Cuánto asco me
da la novedad,
sino cambia mi
vida de una rama
¿cómo va a
cambiar el espanto del gallo que no brama?
Deep! Gusta tu poesía, pocas veces me he encontrado con poemas que a la primera sean de mi agrado. Muy buena aportación.
ResponderEliminar